El derrame de petroleo en el Golfo de México ha sido considerado por Obama en impacto, similar en términos sociales con el 11 de septiembre
Desde el 20 de abril de este año se han vertido entre 151 y 413 millones de litros de petróleo sobre el Golfo de México. Obama ha comparado el impacto de este derrame en términos sociales con el 11 de septiembre; sin embargo, en cada ultimátum que envía su gobierno a la empresa British Petroleum resuenan la impotencia y la palabra vacía de un gobierno que nada puede hacer ante esta situación.
Llama poderosamente la atención cómo ciertos sucesos movilizan a las naciones del G-8 para cambiar el rumbo de un "accidente" y otros no. Acontecimientos como el terremoto de Haití a principios de este año pueden conmover todo tipo de sensibilidades y sin embargo no se logran reunir más de 300 millones de dólares en ayuda humanitaria. La condonación de la deuda externa de este país ayudaría más que todos los conciertos "con causa" en la historia del planeta. El llamado a sumar esfuerzos humanitarios y la movilización por parte de empresas, jefes de Estado y población civil para ayudar a los damnificados son patéticos si tomamos en cuenta la desproporción entre esfuerzos y resultados. Lo anterior es, por lo menos, irónico cuando la mayoría de los Estados y las empresas se rigen bajo el precepto de la eficiencia y la eficacia.
No obstante, el histérico llamado a "hacer algo" es muy diferente ante una crisis económica como la de finales de 2008: una reunión de las naciones más poderosas del orbe posibilita un acuerdo inmediato para que todo regrese a la normalidad. Parece que hay acontecimientos que provocan la declaración de un estado de emergencia para que nada cambie y otros, que tras un aparatoso pero ineficiente movimiento, posponen la posibilidad de un cambio. Los reclamos de Obama y las noticias sobre el fin del mundo de Al Gore coinciden justamente en el punto de la impotencia.
Hay explicación posible para esto. Cuando en 1953 el psicoanalista francés Jacques Lacan habló sobre la diferencia entre el "yo" y el "sujeto" apuntaba a describir fenómenos como los anteriores. Mientras que el "yo" se contenta con las imágenes e incluso está constituido como una de ellas, el "sujeto" es producto de una estructura que le subyace. A esto Lacan le llamó "estructura de desconocimiento del yo". Este principio invierte necesariamente la máxima popular que afirma lacónicamente "una imagen dice más que mil palabras".
Cuando en medio de una crisis económica, por ejemplo, visitamos un centro comercial lleno de personas el "yo" nos empuja a decir "¿no que estábamos en crisis?". La imagen es un hecho para el "yo", sin embargo la crisis no es una imagen sino el producto de una estructura económica. Para el "yo" no hay crisis puesto que una imagen le basta para convencerse. Si utilizamos este mismo principio en la ecología quedará muy claro porque estamos convencidos de la inexistencia de gravísimos problemas ecológicos: los árboles verdes, las aguas cristalinas y las montañas nevadas son imágenes tranquilizadoras. Quizás esto signifique en la política que es más eficaz una ley que mil imágenes impactantes patrocinadas por las mejores conciencias.
-Las consecuencias de la marea negra.
El desastre en el Golfo de México amenaza con superar la catástrofe del Exxon Valdez en 1989 en Alaska, considerado el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.
El pasado 22 de abril, se informó que la plataforma petrolera Deepwater Horizon, después de una explosión, terminó por sumergirse en el Golfo de México frente a la costa de Lousiana.
A tres semanas del suceso, el crudo sigue derramándose en el mar y acercándose a las costas de estados como Lousiana, Alabama y Mississippi.
Últimos informes aseguran que la "marea negra", ya entró en una corriente marina que la llevará a las costas de Florida en aproximadamente una semana.
Se han realizado intentos por contener el derrame, que se estima libera alrededor de 800 mil litros de petróleo cada día. La empresa encargada de esta plataforma es British Petroleum, la cual no han arrojado resultados del todo favorables.
A consecuencia del derrame de petróleo, el daño ecológico podría empeorar e incluso ser devastador para algunas zonas; ya ha cobrado la vida de especies de animales en peligro de extinción.
De acuerdo con el Departamento de vida silvestre y pesca de Louisiana, son alrededor de 400 las especies que podrían verse afectadas.
-Fauna afectada
El manatí es una de las especies amenazadas por el derrame de millones de litros de petróleo, en el Golfo de México. Este mamífero sirénido, es una especie protegida y figura dentro de la lista en peligro de extinción.
El impacto alcanzó a otras especies que viven en la superficie del mar o que deben salir para respirar como son las tortugas, los delfines, y ballenas.
Desde que se produjo el derrame, al menos 150 tortugas fueron encontradas muertas. Aunque especialistas informan que no se hallaron rastros claros que tengan que ver con la contaminación del crudo, se especula que su fallecimiento está ligado al desastre.
Otras especies que se encuentran en peligro son peces como: el atún, barrilete, bonito, sierra, algunos tiburones.
Aves como: gaviotas, pelícanos marrones y flamingos.
Desde el 20 de abril de este año se han vertido entre 151 y 413 millones de litros de petróleo sobre el Golfo de México. Obama ha comparado el impacto de este derrame en términos sociales con el 11 de septiembre; sin embargo, en cada ultimátum que envía su gobierno a la empresa British Petroleum resuenan la impotencia y la palabra vacía de un gobierno que nada puede hacer ante esta situación.
Llama poderosamente la atención cómo ciertos sucesos movilizan a las naciones del G-8 para cambiar el rumbo de un "accidente" y otros no. Acontecimientos como el terremoto de Haití a principios de este año pueden conmover todo tipo de sensibilidades y sin embargo no se logran reunir más de 300 millones de dólares en ayuda humanitaria. La condonación de la deuda externa de este país ayudaría más que todos los conciertos "con causa" en la historia del planeta. El llamado a sumar esfuerzos humanitarios y la movilización por parte de empresas, jefes de Estado y población civil para ayudar a los damnificados son patéticos si tomamos en cuenta la desproporción entre esfuerzos y resultados. Lo anterior es, por lo menos, irónico cuando la mayoría de los Estados y las empresas se rigen bajo el precepto de la eficiencia y la eficacia.
No obstante, el histérico llamado a "hacer algo" es muy diferente ante una crisis económica como la de finales de 2008: una reunión de las naciones más poderosas del orbe posibilita un acuerdo inmediato para que todo regrese a la normalidad. Parece que hay acontecimientos que provocan la declaración de un estado de emergencia para que nada cambie y otros, que tras un aparatoso pero ineficiente movimiento, posponen la posibilidad de un cambio. Los reclamos de Obama y las noticias sobre el fin del mundo de Al Gore coinciden justamente en el punto de la impotencia.
Hay explicación posible para esto. Cuando en 1953 el psicoanalista francés Jacques Lacan habló sobre la diferencia entre el "yo" y el "sujeto" apuntaba a describir fenómenos como los anteriores. Mientras que el "yo" se contenta con las imágenes e incluso está constituido como una de ellas, el "sujeto" es producto de una estructura que le subyace. A esto Lacan le llamó "estructura de desconocimiento del yo". Este principio invierte necesariamente la máxima popular que afirma lacónicamente "una imagen dice más que mil palabras".
Cuando en medio de una crisis económica, por ejemplo, visitamos un centro comercial lleno de personas el "yo" nos empuja a decir "¿no que estábamos en crisis?". La imagen es un hecho para el "yo", sin embargo la crisis no es una imagen sino el producto de una estructura económica. Para el "yo" no hay crisis puesto que una imagen le basta para convencerse. Si utilizamos este mismo principio en la ecología quedará muy claro porque estamos convencidos de la inexistencia de gravísimos problemas ecológicos: los árboles verdes, las aguas cristalinas y las montañas nevadas son imágenes tranquilizadoras. Quizás esto signifique en la política que es más eficaz una ley que mil imágenes impactantes patrocinadas por las mejores conciencias.
-Las consecuencias de la marea negra.
El desastre en el Golfo de México amenaza con superar la catástrofe del Exxon Valdez en 1989 en Alaska, considerado el peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.
El pasado 22 de abril, se informó que la plataforma petrolera Deepwater Horizon, después de una explosión, terminó por sumergirse en el Golfo de México frente a la costa de Lousiana.
A tres semanas del suceso, el crudo sigue derramándose en el mar y acercándose a las costas de estados como Lousiana, Alabama y Mississippi.
Últimos informes aseguran que la "marea negra", ya entró en una corriente marina que la llevará a las costas de Florida en aproximadamente una semana.
Se han realizado intentos por contener el derrame, que se estima libera alrededor de 800 mil litros de petróleo cada día. La empresa encargada de esta plataforma es British Petroleum, la cual no han arrojado resultados del todo favorables.
A consecuencia del derrame de petróleo, el daño ecológico podría empeorar e incluso ser devastador para algunas zonas; ya ha cobrado la vida de especies de animales en peligro de extinción.
De acuerdo con el Departamento de vida silvestre y pesca de Louisiana, son alrededor de 400 las especies que podrían verse afectadas.
-Fauna afectada
El manatí es una de las especies amenazadas por el derrame de millones de litros de petróleo, en el Golfo de México. Este mamífero sirénido, es una especie protegida y figura dentro de la lista en peligro de extinción.
El impacto alcanzó a otras especies que viven en la superficie del mar o que deben salir para respirar como son las tortugas, los delfines, y ballenas.
Desde que se produjo el derrame, al menos 150 tortugas fueron encontradas muertas. Aunque especialistas informan que no se hallaron rastros claros que tengan que ver con la contaminación del crudo, se especula que su fallecimiento está ligado al desastre.
Otras especies que se encuentran en peligro son peces como: el atún, barrilete, bonito, sierra, algunos tiburones.
Aves como: gaviotas, pelícanos marrones y flamingos.
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